domingo, 20 de octubre de 2013

La vida es una sonrisa

Hace poco, me puse a pensar en lo que puede causar una sonrisa. Quienes me conocen, o me conocieron con una sonrisa en la cara o se las presenté poco después de conocernos. Y es que, cuando de sonreír se trata, siempre voy a ser uno de los primeros en hacerlo. Claro está que no tengo una linda sonrisa, ni una dentadura perfecta (así es, jamás me llamarán para usar mi sonrisa en los comerciales de dentífricos); pero, lo que sí tengo son las ganas de sonreír y creo que eso es lo que más importancia tiene. La mayoría de las veces, mis sonrisas salen de la nada (ya saben, aquí entra lo de loco) y contagian a quienes tengo a mi alrededor, y es que esa es la principal función que le otorgo a una sonrisa mía, el poder hacer que los demás también sonrían.

Pero, ¿qué es una sonrisa? Después de sonreír hasta por los codos (aquí, estoy seguro que alguien ya puede está pensando en “un loco sonriente”), en diversas situaciones y hasta con las personas menos pensadas, he llegado a la conclusión de que una sonrisa no se puede definir; y es que una sonrisa no está hecha para conceptualizarla, sino para vivirla. Una sonrisa puede tener muchas interpretaciones, pues puede aparecer en cualquier situación. Mientras hablas, chateas, tuiteas, juegas, corres, saltas, comes, hasta incluso cuando duermes (sí, ya se imaginarán quién lo hace) puede aparecer una sonrisa y hacer que el momento sea más placentero, porque en eso consiste sonreír, en hacer que la situación en la que te encuentres se torne más agradable y gustosa. En resumen, todo momento es bueno para sonreír.

Algunos dicen que las sonrisas son gratis; pero, yo pienso que no. Sonreír no es gratis (a decir verdad, nada en esta vida lo es, pero ese ya será tema de otra publicación). Las sonrisas tienen un costo: aprender a ver el lado positivo de la vida. Ya, este es el momento en el cual deben estar creyendo que los estoy estafando o que estoy empezando a filosofar. Pensarán: “pero, si un niño recién nacido puede sonreír y no le cuesta nada”…Para serles sincero, tienen toda la razón, un niño recién nacido puede sonreír; pero, en realidad, le ha costado mucho, (¿o, acaso, han visto a un bebé con una sonrisa en el rostro mientras nace?… Ni a la madre, creo yo). Pero, qué sabrá uno al nacer acerca de lo que es vivir. Es más, conforme va transcurriendo el tiempo, más confuso se vuelve el asunto. Sin embargo, como bien dije, existe un lado positivo. Siempre lo hay (a aquel que diga que no, le recomiendo dejar de vivir entonces); y, tras descubrirlo, es que las sonrisas van tomando un sentido distinto.

No creo ser “Don Positivo” ni mucho más; pero, creo haber entendido que, por más duro que sea el momento en el cual te encuentres, una sonrisa representa el triunfo de tu belleza humana sobre la dificultad. Como ellos, como todos, como tú, yo también tengo problemas. Pero, ninguno más grande que la más pequeña de mis sonrisas. ¿Sobrehumano? Nada de eso. Simplemente, sé que tengo motivos más grandes por los cuales sonreír, al igual que ellos, al igual que todos, al igual que tú… Así que, si es que sabes lo que es sonreír y lo disfrutas, siéntete orgulloso, pues estás aprendiendo a ver el lado positivo de la vida, esta vida... que es una sonrisa.

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