Después de aquel fin de semana
el viaje no se hizo esperar
anunciando lo que sería
con larga espera incluída
el momento de volvernos a encontrar.
La intranquilidad aparece
al saber que la podré abrazar
y las ganas de ser yo junto a ella
disfrutando de una noche bella
de mí se empiezan a apoderar.
¿Cómo calmar las ansias?
¿Cómo, la sonrisa, disimular?
¿Cómo, las ganas de tomar su mano,
fijar un destino lejano
y echarnos a volar?
Cuando creo haberme calmado
aparece un mensaje en mi celular:
"Amor, ¿ya vienes?" escribe
"¡¿Dónde estás?!" termina
Y mi mente vuelve a volar.
Ahora, ¿cómo mirarla a los ojos?
¿Cómo hacerlo y no temblar?
Ya más de una vez lo he intentado
y cuando pienso que lo he logrado
sus labios, frente a mí, comienzan a bailar.
No sé qué suceda hoy
Y tampoco sé qué cosa no vaya a pasar
Solo sé que estoy con ella
Que ahora mismo brilla como una estrella
Y que, jamás, estos viajes vamos a olvidar.